Hatun Tayta Wasi o Casa del Abuelo es un centro de curación y de investigación etonbotánica, fundada por Ahu y Marta. Ha sido construido en nombre y honor a Don Oscar, abuelo de Ahu, quien dedicó su vida a las personas y las plantas, trayendo medicina y curación a muchos.
Las instalaciones estás disponibles para las personas que están interesadas en su curación y tener profunda conexión con el mundo natural. Algunas visitas son para desintoxicarse y estar en contacto con la energía pura de la selva, otros para conocer en su profundidad sobre los conocimientos de las plantas medicinales amazónicas, mientras otros desean realizar un retiro de varios días, semanas o meses para trabajar con las plantas maestras.
Hatun Tayta Wasi también es un espacio para los pobladores locales. A medida que la cultura moderna penetra e invade todas las áreas de nuestro planeta, muchas tradiciones y hermosos conocimientos corren el peligro de desaparecer para siempre. Ahu y Marta son apasionados en ayudar a los habitantes del pueblo aledaño de Paca Shanaya a recuperar sus conocimientos sobre su cultura y las tradiciones amazónicas.
Hatun Tayta Wasi ofrece educación sobre las plantas y curación a los necesitados.
Ahu nació en Paca Shanaya, un pequeño pueblo en el vasto sector de Loreto, en las profundidades de la Amazonía peruana. En casa, su abuelo Oscar, el sanador local recibía a personas con dolencias tanto de Paca Shanaya como de las aldeas vecinas. Don Oscar recogía troncos adecuados de ayahuasca y hojas de chacruna para cocinar medicinas el día de la llegada de sus pacientes. La gente acudía donde el abuelo de Ahu de la misma manera en que uno acudía a un médico o un sanador naturista, y si no podía aliviarlos o dar una respuesta, las personas tenían que viajar seis horas en bote hasta el hospital más cercano, que es en Contamana.
A los 14 años, Ahu dejó la casa de sus padres para trabajar en la extracción de la madera, un trabajo común en esta parte del Amazonía. Fue durante ese tiempo, que Ahu comenzó a practicar con diferentes dietas de plantas repetidamente, durante diez meses a un año a la vez, así heredó el conocimiento que había recibido de su abuelo. Se dice que cuando se hace dieta de las plantas, el verdadero aprendizaje proviene directamente de las plantas porque estás aislado y entras en una conexión más profunda con ellas y con la naturaleza, a menudo recibía información a través de los sueños. Ahu recibió mucha información y visiones, y desarrolló una relación profunda con las plantas, entendiendo los regalos específicos que tenían para ofrecer.
Unos años después, cuando tuvo veinte años, en el centro de la ciudad de Pucallpa, Ahu comenzó a tomar ayahuasca más regularmente con un amigo, que era aprendiz de otro maestro. Para entonces, había entendido dónde estaba su corazón y su futuro, es decir, debía seguir los pasos de su abuelo como un puente entre el mundo humano y el mundo vegetal, al tiempo que permitía a otros acceder a su generosidad y belleza. Dejó de trabajar con la madera y comenzó a practicar en un Centro Ecológico dedicado a las medicinas amazónicas, donde estudió y apoyó a otras personas durante 10 años.
En ese centro conoció a Marta, e inician una aventura juntos. Comenzaron a desarrollar su centro de retiro de dieta de plantas curativas en la tierra de su abuelo, honrando así su legado.
Marta nació en Lisboa, Portugal, la ciudad que algunos llaman “jardín europeo junto al mar”. Siempre había sentido un vínculo instintivo con el mundo natural, así que siguió un llamado profundo para desarrollar esa conexión. Cuando se dio cuenta de la sabiduría de las plantas maestras, viajó a la selva amazónica peruana en 2013 para una estancia de dos meses, donde participó en su primer retiro de Ayahuasca de 12 días. Luego viajó en una región expandido, caminando durante cuatro días y cuatro noches hasta llegar al Santuario Histórico de Machu Picchu, sintiendo una nueva conexión profunda con los Apus (espíritus de las montañas andinas). Este período marcó el comienzo de una gran transformación y cambio en la dirección de su vida, ya que recibió repetidamente visiones de su futuro trabajando con plantas curativas.
Ella pronto descubrió un mundo nuevo y rico de otras medicinas y plantas, cada una con sus propias lecciones y dones. Ella comenzó a promover su práctica, aprendiendo a conectarse con ellos y a través de ellos, sintonizar con la frecuencia de la naturaleza. Ella recibió sesiones de plantas medicinales de varios maestros con conocimientos en sus propiedades. Finalmente pasó a practicar sola y profundizó sus comunicaciones con el mundo natural.
En 2014, ingresó a un centro de medicina en la Amazonía para ampliar su conocimiento sobre las plantas maestras. Allí conoció a Ahu, quien la cuidó y preparó las plantas para su dieta. En su primera ceremonia, la planta le mostró que Ahu y ella tendrían un futuro fuerte juntos, una visión confirmada repetidamente en los siguientes ocho días de dieta de las plantas y ceremonias de ayahuasca.
Desde su primer viaje y contacto con los Apus de los Andes, Marta sintió el llamado irresistible de ayudar a más personas a comprender y obtener acceso al conocimiento y la curación con estas poderosas plantas, a la vez la necesidad de ayudar a protegerlas, permitiendo que las generaciones vengan a beneficiarse de experimentar el increíble mundo de las plantas y las tradiciones amazónicas.
Ella y Ahu emprendieron juntos un camino con las plantas curativas y su primer bebé, Yachan.